miércoles, 15 de abril de 2009

PRESIDENCIALISMO EN COLOMBIA


Una de las ideas principales de las revoluciones burguesas, fue la necesidad de construir regímenes políticos donde el poder pudiera separarse para introducir el control de unos sobre otros mediante un sistema de pesos y contrapesos. De esta manera se distribuyó el poder de hacer las leyes, el poder de hacerlas cumplir y otro distinto, el encargado de dirimir los conflictos (Poderes legislativo, Ejecutivo y Judicial). De esta manera se quiso introducir un esquema institucional que diera una mayor racionalidad al desarrollo de estas tareas y que pudiera preservar la libertad de las personas sometidas a la autoridad de dichos Estados los cuales se han denominado estados liberales. Dentro de las democracias modernas con estados liberales es posible encontrar diversas formas de Gobierno. La forma del Gobierno es la manera particular como se organiza la relación entre las tres ramas del poder público, y dentro de esta relación la forma como se constituye y origina el Gobierno, que es el conjunto de instituciones que tienen la función de hacer cumplir las normas del Estado y por tanto realizar el proyecto de sociedad contenido en ellas. El régimen presidencial es aquel en el cual el centro del poder político del estado se radica en el presidente, bajo un sistema de autonomías relativas de las ramas del poder público.

En Colombia desde 1886, con Rafael Nuñez se inicio un esfuerzo del largo aliento por un presidencialismo en el marco de una centralización del poder en el territorio. Durante casi toda su historia, Colombia ha tenido un régimen presidencialista con claros componentes plebiscitarios. Quien gana las elecciones es a la vez jefe de Estado y jefe de Gobierno. El triunfo implica “ganar todo” y la derrota “perder todo”. Actualmente se ha venido presentando un desequilibrio de poderes pues el ejecutivo en cabeza del presidente es el que mas tiene peso debido a la privatización de la política.

Esto es un problema político gravísimo pues si consideramos la unificación de todos los poderes en una sola persona se constituiría una dictadura. Poniendo en tela de juicio su legitimidad, donde la directriz básica de su gobierno son sus intereses y caprichos personales, y los intereses de su grupo o de su región, deja sin función, elimina o no construye andamiaje institucional con pretensiones de permanencia y su talante personal se constituye en elemento central y definitorio de la realidad política. Esto es lo que precisamente esta aconteciendo en el país con el actual gobierno que por cierto es el segundo periodo consecutivo presidencial de Álvaro Uribe gracias a la reforma constitucional que permitió la reelección, sobre la decisión de la Corte que la encontró ajustada a la Constitución, y sobre los contenidos y la decisión de la Corte sobre la Ley de Garantías en las elecciones presidenciales. Y con la mayoría de los parlamentarios a su favor y los magistrados de las altas cortes junto con la junta del banco de la república, el presidente tiene toda la disposición para regular, manejar y dirigir a su antojo toda la sociedad.

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